Marcello Carmagnani

Marcello Carmagnani

El pasado 1 de febrero falleció en Madrid Marcello Carmagnani, un estudioso de estatura internacional, docente en universidades italianas (Turín), latinoamericanas y de los Estados Unidos.

Nacido en Verona (Italia) en 1940, se trasladó con su familia a Santiago de Chile, donde se graduó en 1963 en la Universidad de Chile con una tesis sobre El salariado minero en Chile colonial. Su desarrollo en una sociedad provincial: el Norte Chico 1690-1800. En 1966 asistió en Chicago al seminario de historia económica dirigido por Robert Fogel, uno de los fundadores de la New Economic History; después se trasladó a Paris, allí asistió a los seminarios de la VIe Section de la École des Hautes Études en Sciences Sociales y discutió su tesis doctoral, Les mécanismes de la vie économique dans une société coloniale: le Chili (1680-1830), desarrollada bajo la dirección de Fernand Braudel y de Ruggiero Romano.

Miembro y luego presidente del Comité Científico de la “Fondazione Luigi Einaudi” de Turín, en el año 1971 publicaba su primer libro en italiano, Sviluppo industriale e sottosviluppo economico. Il caso cileno (1860-1920). Fundada sobre un gran aparato estadístico, la investigación lograba esclarecer la raíz histórica y económica de la asimetría entre Londres y Santiago, distanciándose de las teorías dependentistas en aquel entonces muy difundidas. En esos mismos años Carmagnani emprendía un análisis extendido a la longue durée de la historia colonial y ampliado a toda Latinoamérica: L’America Latina dal ‘500 a oggi. Nascita, espansione e crisi di un sistema feudale (Feltrinelli, Milán 1975). En pocas palabras: la transferencia del feudalismo europeo en las colonias produjo un bloqueo de las relaciones productivas fundadas sobre el trabajo obligado, el tributo y la renta. Por consiguiente, y diferentemente del capitalismo, la acumulación colonial se realizaba en la esfera de la circulación y principalmente en el comercio externo, allí donde los propietarios-mercantes realizaban los diferenciales entre los bajos costos de producción y los altos precios de venta de los productos. El complejo de estas relaciones Carmagnani nunca lo identificaba como estático ni dual.

En El regreso de los dioses. El proceso de reconstitución de la identidad étnica en Oaxaca. Siglos XVII y XVIII (FCE, México 1988) logró explicar cómo se conectaron en un único circuito el autoabastecimiento comunitario y el comercio. Hay que anotar que El regreso de los dioses fue el resultado de una compleja investigación que Carmagnani pudo realizar porque desde la época de la dictadura militar en Chile había dislocado sus intereses hacia México, donde publicó muchos estudios, como Estado y mercado. La economía pública del liberalismo mexicano, 1850-1911 (FCE, México 1994) y coordinó los ensayos sobre Federalismos latinoamericanos: México/ Brasil/ Argentina (FCE, México 1993).

Carmagnani no fue solamente un historiador económico, como muestra La grande illusione delle oligarchie. Stato e società in America latina, 1850-1930 (Loescher editore, Turín 1981). La ilusión oligárquica fue presumir de sacar los frutos de la expansión económica internacional sin alterar dinámicas políticas consolidadas por las cuales el Estado operaba como “el jurado de honor” de la oligarquía. La Gran Crisis de los Treinta hizo derrumbar un liberalismo incapaz de integrar las movilizaciones sociales. Siguiendo los rastros del Viejo Continente, la oligarquía eligió el modelo nacionalista corporativo y autoritario y la industrialización substitutiva de las importaciones, los dos productores de un futuro aciago.

Entre 1978 y 1982 veía la luz la revista “Nova Americana” -concebida por Ruggiero Romano y Carmagnani y publicada por la editorial Einaudi-, que hospedó ensayos y proyectos de investigación de los mayores estudiosos internacionales de Latinoamérica.

El tema del Estado fue el objeto del último número de la revista: Romano y Carmagnani criticaban el uso tan generalizado de la ecuación Estado-nación y proponían introducir la noción de relatividad, diferenciando las formas históricas asumidas por el Estado latinoamericano en los diversos contextos. Esta perspectiva de investigación fue retomada y desarrollada en otras iniciativas internacionales concebidas y organizadas por Carmagnani. En 1985 tuvo lugar en Florencia el VII Congreso AHILA, Asociación de Historiadores Latinoamericanistas Europeos, de la que Carmagnani había sido uno de los fundadores en los años setenta y que presidió entre 1985 y 1987. Las Actas fueron publicadas en los dos volúmenes titulados América Latina: del estado colonial al estado nación, 1750-1940 (FrancoAngeli, Milán 1987). En 1999 se celebró en Turín el congreso internacional sobre Absolutismo, constitucionalismo y orden liberal en América Latina, en el que se discutieron los resultados del proyecto de investigación sobre Las normas y las prácticas. Derroteros del Estado y la administración pública en América Latina, siglos XVIII-XX. Al año siguiente esos textos fueron publicados en dos volúmenes, uno coordinado por Marco Bellingeri (Dinámicas de antiguo régimen y orden constitucional. Representación, justicia y administración en Iberoamérica, siglos XVIII-XIX), y el otro coordinado por el propio Carmagnani, Constitucionalismo y orden liberal. América Latina, 1850-1920 (Otto editore, Turín 2000), quien esperaba que las aportaciones contenidas en el volumen constituyeran el comienzo de una revisión crítica y no ideológica del pasado liberal latinoamericano.

En 1999 vieron la luz los tres volúmenes de Para una historia de América (FCE, México), coordinados por Carmagnani con Alicia Hernández Chávez y Ruggiero Romano, que ofrecen una extraordinaria guía hacia una historia social y global, que abarca todas las dimensiones de las relaciones humanas y entre los seres humanos y el medioambiente, las costumbres y la modernización.

L’altro Occidente. L’America Latina dall’invasione europea al nuovo millennio (Einaudi, Turín 2003) representa la actualización de la metodología de Carmagnani en la era de la globalización. Otra vez se entrelazan hilos de reflexiones económicas y políticas: América Latina –el Otro Occidente–abordó la crisis de 1929 siguiendo el camino de los países más industrializados. Las élites latinoamericanas adoptaron autoritarismo nacionalista, corporativismo e industrialización substitutiva de las importaciones, medidas finalizadas a enfrentar tanto la crisis global como las tensiones internas: el liberalismo estaba muerto y el modelo agrario-exportador se había agotado. El dirigismo estatal y la elección de la industrialización substitutiva de las importaciones manifestaron más tarde sus efectos paradójicos: alta inflación, escasa competitividad de las manufacturas en los mercados internacionales y déficit por cuenta corriente.

La dimensión internacional de los intercambios se reanuda en el volumen Le connessioni mondiali e l’Atlantico, 1450-1850 (Einaudi, Turín 2018), en el cual Carmagnani propone una clave interpretativa innovadora de la tesis clásica de la triangulación de intercambios entre Europa, África y Américas. Las novedades eran que los bienes se intercambiaban por medio de una red de operadores transversales a los distintos países europeos y sobre una base esencialmente fiduciaria. Y aún más, con la expansión comercial, los bancos se transformaron de mediadores del comercio en productores de una mercancía: en el crédito se hallaban asociados comerciantes y banqueros, compartiendo las inversiones, los riesgos relativos y las ganancias. El impacto de la revolución comercial del siglo XVIII se manifestó en la difusión paralela de ideas liberales a través del Atlántico y de África a América. Quizás sea útil señalar que los primeros partidos nacieron y las primeras publicaciones políticas se crearon en los exclusivos clubes de Londres, donde los empresarios se reunían a tomar café y chocolate. Secularización de la cultura y difusión del consumo que Carmagnani ya había analizado en Las islas del lujo. Productos exóticos, nuevos consumos y cultura económica europea, 1650-1800 (UTET, 2010). La trata se había vuelto antieconómica para los ingleses, que luchaban por su abolición, y la Ilustración, además, predicaba la igualdad. Para mantenerse al día con los intercambios asimétricos entre el Viejo Continente, por un lado, y África y América Latina, por el otro, las élites no europeas recurrieron a una mayor compresión de los costos de producción, a contratos políticos con monarquías africanas e inversiones financieras. En resumen: asimetría de intercambios no equivalentes y fragilidad de los pactos políticos internos. Este había sido precisamente el punto de partida de la investigación de Carmagnani.

Gabriella Chiaramonti y Daniele Pompejano